Fuego amigo

Atención, perros, cuidado con el dueño

La jefa de mamarrachadas de guardia, como decíamos ayer, María Dolores de Cospedal, padece en grado sumo el síndrome del capataz, más cruel, más atrevido, más tonto que el amo, siempre haciendo méritos. El capataz suele interpretar en un grado extremado las órdenes del jefe, pues considera que su puesto de trabajo se afianza en la misma proporción que el perro se gana las caricias del amo ladrando.

Para que Mariano, el tipo éste de la oposición, pueda seguir sesteando, es necesario que la Cospedal guarde la finca a ladrido limpio, y sus ecos lleguen incluso hasta los acantilados donde el registrador de la propiedad (¡qué gran profesión para un dirigente del Partido Presunto!) tiende la caña. El Partido Presunto es una finca en verano, a cuya entrada habría que colocar un cartel que diga: "Atención, perros, cuidado con el dueño".

Y como el capataz no tiene sentido de la medida, puede llegar a olvidarse de que es la voz autorizada del amo, y elegir para mamarrachada del día frases tan exageradas que ni su mentor se atrevería a pronunciar, acusaciones que en un estado de derecho, y no de derechas, podrían llevarle ante el juez para dar algo más que una explicación en sede judicial.

Porque si aseguras que en España "se están produciendo escuchas telefónicas de personas que no tienen nada que ver con algún sumario", por supuesto del PP, y no lo pones en manos inmediatamente del juez de guardia, o es que estás mintiendo o es que eres... ¿cómo era eso? ... ah, sí, una mamarracha, o sea, una persona o cosa defectuosa, ridícula o extravagante, una cosa imperfecta, o una mujer informal no merecedora de respeto (DRAE).

Nos cuenta Cospedal que España se está convirtiendo en un Estado Policial. Tan joven es esta buena mujer, que apenas acumula vivencias en sus neuronas para hacerse una idea cabal de en qué consiste un Estado Policial. Quizá el homo antecessor de su partido, don Manuel Fraga, podría explicarle mejor que yo cómo se dirige un estado opresor, donde las condenas a muerte eran consecuencia de simulacros de juicios, donde los taxistas y los curas formaban una red de confidentes de la policía.

Pero es lo que hay. Mucho me temo que ésta va a ser la calidad de la política para este verano. Por cierto, ¿alguien sabe cuándo se va de vacaciones ésta? ¿Y quién tomará el relevo? Me pido Trillo. No sé, me pone.

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