Fuego amigo

Oiga, ¿es el enemigo? Que se ponga

Antoni Palerm, el ex director general de Deportes de Mallorca con el popular Jaume Matas, ha reconocido ante el juez que se aprovechó de su cargo para vender materiales de su propia empresa para la construcción del velódromo Palma Arena, en el que se investiga un sobrecoste de casi 20 millones de euros. Es el primero que confiesa. Según el caso Palma Arena va engordando se ve que la saturación del Partido Presunto para asumir desgracias ha alcanzado el 100%, y ya no les cabe más. Tal es la presión, que sus dirigentes empiezan a desvariar, incapaces de digerir tanta noticia de corrupción.

La que le cayó ayer a la Cospedal por uno de sus desvaríos ha sido antológica. No es ya que el PP continúe con su campaña de hacer amigos entre la policía, fiscales y jueces, pero es que parece haber olvidado que acusar de un delito sin pruebas es un delito en sí mismo. Creo que no faltó ni una asociación de jueces, desde los progresistas a los más conservadores, que no le haya recordado ayer a la señora Cospedal que si tiene constancia de que alguien está cometiendo un delito, tiene la obligación de denunciarlo ante el juez.

Y es que la acusación de la capataz de guardia del PP ha explotado en la línea de flotación de la judicatura. Los jueces, ni siquiera sus amigos del alma, de ninguna manera están dispuestos a admitir que uno de los suyos haya podido dar la orden de pinchar, sin motivo fundado, los teléfonos de los dirigentes del Partido Popular. Luego si están pinchados... es que existe un motivo fundado. Verde y con asas.

La acusación se ha revelado tan desafortunada que ahora se da una situación harto curiosa. En verdad en verdad os digo que son una panda, más que un partido. Teniendo en cuenta que en España las escuchas telefónicas sólo pueden ser ordenadas por un juez (una escucha ilegal tiene que aunar tantas voluntades, entre ellas las de los técnicos de la compañía telefónica ante los que hay que presentar la orden judicial), y teniendo en cuenta, además, que a la Cospedal alguien le ha chivado que su teléfono, el de Trillo y el de Camps están pinchados, ¿no está, la pobre, reconociendo que algún juez está con la mosca tras la oreja sobre las andanzas de cada uno de ellos y los está vigilando muy de cerca? Y, por cierto, ¿quién le fue a ella con el cuento, violando la legalidad, entorpeciendo y poniendo en peligro una investigación que algún día podrá derivar en la madre de todas las sorpresas?

Así que, queridos míos, sáquidas del alma: la noticia no es, como pretendía el PP, que el gobierno espía telefónicamente a los dirigentes de la Opus sición. La noticia, y espero que se empiece a valorar en su justa medida, para juguete de los próximos días, es que algún juez, cuyo nombre todavía desconocemos, está investigando ya al juntacadáveres, al amiguito del alma de los corruptos y a la capataz del Partido Presunto. Si apareciera Rajoy sería coloxal, digo colosal.

Y lo demás son fuegos artificiales. Os recomiendo, pues, que cojáis buen sitio y esperéis pacientemente a que comience la función.

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