Fuego amigo

Un crédito hipotecario ha de helarte el corazón

Pues no. Lo problemas no están de veraneo. Están de veraneo los problemas inventados por ZARA (Zaplana, Aznar, Rajoy, Acebes), pues los verdaderos, los cortes de electricidad, caos en aeropuertos y trenes, los atascos kilométricos en autovías, las inundaciones que dejan sin hogar a cientos de familias, los millones de topillos comiéndose las cosechas, la rebelión de las juventudes socialistas en Navarra, todos esos han arruinado el veraneo de un Zapatero que se relamía con la posibilidad de que el IPC de julio resultara el mejor desde hace muchos años.

Unos de los miembros de RAZA (Rajoy, Acebes, Zaplana, Aznar), el Acebes que nunca duerme, se dolía ayer de que Zapatero continuase de vacaciones, con la que está cayendo. Tal es la costumbre de AZAR (Aznar, Zaplana, Acebes, Rajoy) de asustar con el lobo, que cuando el lobo se acerca el pastorcillo Zapatero se queda haciendo fotos a los linces en su refugio de Doñana.

Y todo ello, con una amenaza que se nos viene encima. Porque, de verdad, donde se está formando una marejada que puede llegar a nuestras costas en forma de galerna es en la bolsa de Nueva York, en Wall Street, donde una crisis hipotecaria de dimensiones preocupantes amenaza con inundar las bolsas europeas como un tsunami con epicentro a 6.000 kilómetros. A ver si os suena: IG, la mayor aseguradora del mundo, espera a corto plazo un aumento de las deudas morosas e impagadas en el mercado inmobiliario, lo que está obligando a movimientos en los mercados centrales para mitigar los efectos.

El Banco Central Europeo (BCE), por ejemplo, adjudicó en una subasta de financiación rápida, llamada de "ajuste fino" (el menos fino de su historia), 94.841 millones de euros, casi 25.000 millones de euros más que los inyectados el 12 de septiembre de 2001, un día después de los atentados de Nueva York. Y si hay un referente de catástrofe a nivel mundial en nuestra historia reciente ese es el derrumbe de las torres gemelas, lo que me hace pensar qué catástrofes no estarán pasando por la cabeza de los banqueros ante la continua presión de clientes que no pueden hacer frente a la subida de los créditos. Al menos, los principales analistas del mercado financiero norteamericano auguran que los tipos de interés de los créditos hipotecarios subirán con tanta fuerza que se teme que en los próximos meses se desencadene una nueva ola (también de tsunami) de tomas de posesión de viviendas por parte de los prestamistas.

Y lo que le sobra a los prestamistas, a los bancos y cajas de ahorro, son inmuebles. Las entidades financieras llevan camino de convertirse en los más importantes propietarios inmobiliarios, en los caseros universales. No quieren clientes morosos, pero tampoco quieren más casas porque no saben qué hacer con todas las que han pasado ya a sus manos en los últimos años. No sé si toda esta perspectiva hará bajar el consumo de gambas a la plancha en los chiringuitos playeros. O quizá no. Porque lo bueno de las vacaciones es que los problemas reales, acunados en una reparadora siesta, se aparcan para la vuelta.

Así que, carpe diem en el limbo estival, porque a la vuelta de las vacaciones, españolito que vienes al mundo real, tu crédito hipotecario ha de helarte el corazón.

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