Traducción inversa

Zapatero y Obama (con perdón)

  No acabo de entender muy bien las reacciones de guasa que suscitaron las ya famosas palabras de Leire Pajín a propósito de la coincidencia, en 2010, de Rodríguez Zapatero en la presidencia de la Unión Europea y de Barack Obama en la de Estados Unidos. Las chanzas con este tema han sido desmedidas, un poco crueles. Pajín utilizó la expresión "momento histórico" y eso no se lo han tolerado. Quien más quien menos ha acusado a la número 3 del PSOE de convertir a su jefe en un hazmerreír planetario, y la pregunta es si hay para tanto.

  En realidad, en todo esto falta un poco de distanciada objetividad. Un observador desapasionado habría reconocido enseguida, en la retórica de Obama, muchos de los temas que puso en circulación Zapatero a partir de 2004, desde el "talante" (eso que los ultras tachaban de "buenismo") hasta la Alianza de Civilizaciones, rubricada definitivamente por el norteamericano en el emblemático discurso de El Cairo. Nos puede gustar o no, pero me parece evidente que Zapatero es un preObama o, si lo prefieren, Obama es un postZapatero. Al fin y al cabo, ¿qué dirigente europeo representa mejor lo que Obama en su país? ¿Sarkozy, Merkel, Berlusconi, Brown? La prueba del algodón es el cambio de actitud de la "yihad hispánica" con respecto al presidente mestizo: lo recibieron con alharacas y ahora ya le reprochan unánimemente su "zapaterismo" indisimulado.

  Nos puede gustar o no Zapatero, nos puede gustar o no Obama, pero la concurrencia programática y caracterológica es evidente. Por eso la coexistencia que se espera en 2010 será realmente histórica. Y ahora ya pueden seguir con la chacota.

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