La trama mediática

¿Con los votos de ETA?

06-28.jpgNinguna sentencia judicial ha determinado que el Partido Comunista de las Tierras Vascas forme parte de ETA. Sin embargo, eso no parece importarles demasiado a la mayoría de los medios de la diestra comunicativa. "Un voto prestado de ETA permitirá hoy a Ibarretxe desafiar al Estado", anunciaba ayer en su primera El Mundo. "Con los votos de ETA", editorializaba sobre la cuestión ABC, mientras su encarnizado rival, La Razón, se adornaba también en un editorial con este encabezado: "El Plan Ibarretxe se apoya en ETA". Todo eso, en los prolegómenos. Una vez aprobada en el Parlamento Vasco la consulta con doble pregunta planteada por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, gracias al voto de una representante del PCTV, la martingala se fue repitiendo en las ediciones de Internet. "Los proetarras de PCTV dan la llave a Ibarretxe para sacar adelante su referéndum ilegal", decía Libertad Digital.

Siempre al quite, Luis María Anson se apresuraba a publicar en el periódico digital El Imparcial un artículo de alto octanaje que comenzaba así: "Sin veladuras. Sin tapujos. Ibarreche [el académico siempre lo escribe con ch en lugar de tx] ha aceptado, para sacar adelante en el Parlamento vasco su turbio proyecto secesionista, el voto de los asesinos etarras".
Sin precisar sus fuentes de información –seguramente porque no eran otras que su imaginación–, el curtido periodista José Luis Gutiérrez insistió en el programa de Carlos Herrera en Onda Cero en la identificación de PCTV y la banda terrorista: "Vamos a llamarlo por su nombre, son los votos de ETA. O sea, quien toma la decisión es Josu Ternera, y es el que dice que haya una señora que vote para romper el empate técnico de los escaños". Con el mismo rigor podría haber dicho que la orden había partido de Fu Manchú o de Bin Laden.

Fútbol y política
Visiblemente regocijado por volver a poder hincar el diente a la siempre jugosa cuestión vasca, el propio Carlos Herrera subrayó que la histórica votación llegaba el mismo día en que el fútbol había apuntalado la unidad de España: "¡Qué día han ido a elegir los nacionalistas vascos y la ETA para poner en marcha el plan de la insurgencia, del separatismo! ¡Qué día han ido a elegir! Un día en el que se habla mucho de España, y hay además cierto espíritu español, sereno, sano, festivo, en las calles. En todas partes, ¿eh?" Llama la atención el empeño que hay por demostrar que hasta en los territorios menos partidarios la selección española provoca lipotimias.

El Mundo, por ejemplo, dedicó ayer media página a un reportaje sobre el supuesto seguimiento al combinado de Luis Aragonés en Bilbao. La fotografía que lo ilustraba mostraba a tres personas en un bar semivacío de la capital vizcaína celebrando uno de los goles a Rusia. Al cronista no le quedaba otro remedio que suplir con prosa entusiasta lo que de verdad enseñaba la desangelada imagen: "No hubo el apasionamiento de Colón, pero sí seguimiento y, en algún caso, euforia como el que se acordó de las manifestaciones de uno de los líderes nacionalistas: Urkullu, cabrón, saluda al campeón". Aleccionador.

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