La trama mediática

Un patriótico rencor

Tras su gesta melillense, José Mari matamoros luce esplendoroso en los papeles adictos, aunque alguno deja a la vista el verdadero motivo de la excursión. "Aznar devuelve a Zapatero la zancadilla de su viaje a Rabat", canta de plano El Mundo. En pretendido elogio de la virilidad del caudillo gaviotil, el vate de ABC Ignacio Camacho descubre que fue el rencor más que el patriotismo lo que le hizo cruzar el Estrecho: "A este hombre le corre sangre por las venas, aunque mezclada con una dosis considerable de resentimiento. A otros parece que no les corre más que horchata".

Dos corcheas de entrega más arriba, el editorialista del vetusto diario recuerda que los héroes de la nación van donde les sale de la sobaquera: "Aznar es una referencia indiscutible para el centro derecha español. Como es natural, está en su legítimo derecho de realizar actividades públicas y pronunciarse sobre cuestiones relevantes de la política española".

Perejil en la memoria

¿Sólo legítimo derecho? ¡Más que eso! Es un deber, según palmotea en La Gaceta Carlos Dávila, evocando el glorioso episodio del islote con nombre de condimento: "El PP y Aznar (que impidió la conquista de Perejil) tienen la obligación de estar donde no están ni Zapatero ni Moratinos ni Rubalcaba". Y por si no se había captado la grandeza de la hazaña, el editorialista -o sea, él mismo- vuelve a recitarla: "A los socialistas les escuece la presencia del gobernante que paró los pies a Marruecos en la crisis de Perejil, en 2002, y al que no le tembló el pulso al defender a España". Al alba y con fuerte viento de Levante de 35 nudos. ¡Cómo olvidarlo!

Desde su puesto de acollejamiento en ABC, Hermann Tertsch también lanza aleluyas por el Hombre Nuevo de Valladolid y envía un rayo destructor a quienes no le rinden pleitesía: "Están de los nervios. Y ya no saben más que insultar a los adversarios, desposeídos como están de cualquier argumento en esta realidad tan desagradecida con sus buenas intenciones". Fantástico autorretrato.

Esto sólo lo puede redondear uno de los oníricos amigos americanos de los que nos habla César Vidal en La Razón. Admírenlo: "Well... si yo no lo he entendido mal, me dice usted que menos de catorce millones de españoles están manteniendo a casi cinco millones de funcionarios, a unos cinco millones de parados y a más de ocho millones de pensionistas. Los que producen son muy pocos para mantener a toda esa gente que no produce".

Tras su gesta melillense, José Mari matamoros luce esplendoroso en los papeles adictos, aunque alguno deja a la vista el verdadero motivo de la excursión. "Aznar devuelve a Zapatero la zancadilla de su viaje a Rabat", canta de plano El Mundo. En pretendido elogio de la virilidad del caudillo gaviotil, el vate de ABC Ignacio Camacho descubre que fue el rencor más que el patriotismo lo que le hizo cruzar el Estrecho: "A este hombre le corre sangre por las venas, aunque mezclada con una dosis considerable de resentimiento. A otros parece que no les corre más que horchata".

Dos corcheas de entrega más arriba, el editorialista del vetusto diario recuerda que los héroes de la nación van donde les sale de la sobaquera: "Aznar es una referencia indiscutible para el centro derecha español. Como es natural, está en su legítimo derecho de realizar actividades públicas y pronunciarse sobre cuestiones relevantes de la política española".

Perejil en la memoria

¿Sólo legítimo derecho? ¡Más que eso! Es un deber, según palmotea en La Gaceta Carlos Dávila, evocando el glorioso episodio del islote con nombre de condimento: "El PP y Aznar (que impidió la conquista de Perejil) tienen la obligación de estar donde no están ni Zapatero ni Moratinos ni Rubalcaba". Y por si no se había captado la grandeza de la hazaña, el editorialista -o sea, él mismo- vuelve a recitarla: "A los socialistas les escuece la presencia del gobernante que paró los pies a Marruecos en la crisis de Perejil, en 2002, y al que no le tembló el pulso al defender a España". Al alba y con fuerte viento de Levante de 35 nudos. ¡Cómo olvidarlo!

Desde su puesto de acollejamiento en ABC, Hermann Tertsch también lanza aleluyas por el Hombre Nuevo de Valladolid y envía un rayo destructor a quienes no le rinden pleitesía: "Están de los nervios. Y ya no saben más que insultar a los adversarios, desposeídos como están de cualquier argumento en esta realidad tan desagradecida con sus buenas intenciones". Fantástico autorretrato.

Esto sólo lo puede redondear uno de los oníricos amigos americanos de los que nos habla César Vidal en La Razón. Admírenlo: "Well... si yo no lo he entendido mal, me dice usted que menos de catorce millones de españoles están manteniendo a casi cinco millones de funcionarios, a unos cinco millones de parados y a más de ocho millones de pensionistas. Los que producen son muy pocos para mantener a toda esa gente que no produce".

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