La trama mediática

Una de faldas

Primera página de La Razón, mitad izquierda: foto XXL con regodeo en las piernas de la vicepresidenta económica del Gobierno, que mira a la cámara con cierta cara de susto. ¿Para ilustrar lo del impuesto a las nóminas de bulto? Más bien no. Miren el texto de acompañamiento: "El test de las faldas de Cibeles. Una vieja teoría vincula las crisis económicas al largo de las faldas: Salgado vio ayer cómo la Pasarela Cibeles tampoco confía en el fin de la recesión, ya que los diseñadores apuestan tanto por las cortas como por las largas". No entienden nada, ¿no? Ya somos más.

Con parecida querencia por el objetivo indiscreto y la apostilla gráfica modelo "rábano por las hojas", ABC nos muestra al ex secretario general de LAB en conversación con dos ciudadanos con todos los papeles en regla. "Así cuida Usabiaga de su madre", chafardea un titular que se remata en el editorial: "En la foto, del día 4 de este mes, aparece en un acto de 'Adierazi EH', títere proetarra al que la Audiencia Nacional prohibió una manifestación. Ya está tardando la vuelta de Usabiaga a prisión".

¿Lo quieren un poco más amarillo? Ya sabrán que a La Gaceta eso le cuesta poco. "Zapatero rompe la caja única de la Seguridad Social", se pasa la verdad por el arco del triunfo la hoja volandera intereconómica. Se refiere, como imaginan, a la transferencia a Euskadi de las políticas activas de empleo. Añade que con el acuerdo "se dinamita el mercado nacional de trabajo" y "se penaliza a los cotizantes del resto de España". Pues multipliquen eso por 17, porque todas las comunidades autónomas del Estado tienen hace tiempo esa letal competencia.

Tertsch y los matones leninistas

No se impacienten, que ya llega la imprescindible colleja sindical. Y con la firma, nada menos, que del martillo de malvados obreristas de ABC, Hermann Tertsch: "Ya han desplegado todo su matonismo leninista para amenazar a los españoles con más problemas de los que tenemos, si no nos plegamos a su voluntad. Amenazan con secuestrarnos y presumen de tener bandas dispuestas a ello".

Esto, ya saben, no pasa en la nueva Suecia, cuyas excelencias canta en El Mundo con envidia Isabel San Sebastián: "Aquí nos obstinamos en mirar al pasado y despertar fantasmas que estaban felizmente dormidos. Allí pisan el acelerador del futuro". Pisar el acelerador del futuro y no despertar fantasmas dormidos significa en sueco votar en masa a un partido xenófobo de la derecha más extrema.

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