Va para récord. Cuarto día consecutivo de rasgado de plumas por la decisión del Constitucional sobre Bildu. Es el tiempo de los rezagados, como Juan Manuel De Prada, que brama en ABC: "Los miembros del Tribunal Constitucional han infligido un grave perjuicio a la comunidad política, y a las víctimas de los etarras, consumando esta injusticia; pero es mayor aún el que se han infligido a sí mismos. Caiga sobre ellos, y sobre sus amos, la sangre de las víctimas".

En La Razón, César Vidal, que también llega tarde al festín, se lía a inventariar todos los finales de régimen en España desde Altamira acá. El último, el del viernes, claro. Aunque venía de atrás: "Cuando el Tribunal Constitucional dio por bueno un Estatuto de Cataluña que descuartizaba la Constitución y se ha vuelto palpable cuando ese mismo organismo ha decidido que los terroristas de ETA puedan concurrir a las elecciones sin los frenos mínimos de hace cuatro años".

Pellizquito de monja al lado de lo que se ha escrito y dicho. Incluso lo supera su compañero de tintas, el pluscuamaznariano José María Marco, que perora así: "Lo que sí se ha batasunizado es el PSOE. En la alianza con los nacionalistas de extrema izquierda, éstos han acabado haciéndose con la hegemonía mientras los socialistas han hecho suyos los argumentos y la actitud de la extrema izquierda nacionalista".

ETA en las vísceras del TC

En El Mundo quedaba poco por decir después de que Pedro J. llamase a Bildu "Nuestros Bin Laden" y Ricardo los retratase con txapela y la barba del que alimenta a los peces. Por si acaso, Carlos Cuesta lo intenta: "Resulta duro denunciar un interés común entre ETA y el Gobierno. Pero puede resultar mucho más duro comprobar que su trasfondo es cierto y que se fragua día a día". Chapoteando en parecido barro, Agapito Maestre se tira otro largo de querella en Libertad Digital: "El aparato político de ETA está en las vísceras del propio Tribunal Constitucional".

Y Rajoy, sin decir esta boca es mía. Su conmilitón y golondrino axilar, Alejo Vidal-Quadras, le afea la conducta desde La Gaceta: "Mariano Rajoy ha de dejar el registro monocorde de la creación de ocupación para anunciar el arranque de una etapa de reconstrucción de una nación moralmente devastada. Y el pacto entre el PP vasco y el PSE debe romperse de inmediato. No habrá recuperación económica sin patriotismo regenerador". Avisado queda.