La trama mediática

Gana el terror comunista

¿Cómo era aquello de "unos apuntan y otros..."? Diez días después de la decisión del Constitucional sobre Bildu, los rostros de los seis magistrados que votaron a favor siguen en la primera de La Gaceta, festoneados por la siguiente apostilla: "Bildu-ETA tendrá 800 concejales. Estos son los responsables". Por si faltara contexto, Carlos Dávila lo aporta unas líneas más abajo: "Supongo que los seis magistrados referidos van a dormir a pierna suelta el próximo domingo; los que no dormirán serán los concejales de los partidos decentes que durante cuatro años van a tener que compartir plenos con estos sujetos indeseables".

Libertad Digital calca la fórmula. Las fotos de los pérfidos togados ilustran una información encabezada así: "Gracias a la decisión del TC Bildu conseguirá el 18% de los votos en el País Vasco y tres escaños en Navarra". En El Mundo, Federico Jiménez Losantos, aún resacoso del callejeo del sábado, plañe con indignada prosa: "Pero lo esencial es ver lo que ciega la vista: la derrota de España y de la libertad es total; la victoria del terror comunista y del proyecto separatista, completa".

Bajitos con testosterona alta

Más enfurruñado y artificioso, si cabe, Juan Manuel De Prada señala con el dedo desde su columna de ABC al infecto populacho, culpable de estas y otras cuitas: "A un pueblo sin sentido natural de la justicia puedes convertirlo en alimaña, dándole lo que no le pertenece, mediante la fórmula buenrollista de la extensión de derechos: puedes satisfacer sus caprichos, saciar sus apetitos, colmar sus caprichos de chiquilín emberrinchado; puedes darle, incluso, 'derecho a matar' y 'derecho a morir' muy dignamente".

De puntillas en su atalaya de La Razón, Martín Prieto dirige su catalejo a la bragueta del baranda del FMI, Strauss-Kahn, y filosofa, no se sabe si en contra o a favor: "Desde Napoleón hay que tener cuidado con los hombres de escasa estatura porque pareciera que concentraran mayores dosis de testosterona. A ver cómo te defiendes de la palabra de una mujer. Puede ser un acoso, pero también un vuelco en la política francesa".

Estas cosas no pasarían si le hiciéramos caso al editorialista de Cope: "Urge la vuelta a la fe, a la verdad de la familia cristiana, y del don de la vida, al compromiso del amor fraterno que debe impregnar todo el ambiente personal, familiar, social y político de nuestra convivencia". Amén.

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