El presidente de Israel, Shimon Peres, ha escrito a Obama pidiéndole el indulto de Jonathan Pollard, un funcionario de los servicios secretos americanos que traspasó a la Oficina de Relaciones Científicas de Israel, que en realidad era una tapadera del Mosad, una ingente cantidad de información confidencial en la década de los ochenta, y desde 1987 se encuentra en una cárcel de Estados Unidos.

En el transcurso de los años Israel ha tratado por todos los medios de sacar a Pollard de prisión e incluso le ha dado la nacionalidad. En su reciente petición, Peres apela a aspectos "humanitarios".

En 1998, durante su primer mandato, Netanyahu ya pidió expresamente, y en varias ocasiones, al entonces presidente Clinton que liberara al espía. Clinton respondió afirmativamente pero luego se desdijo ante las amenazas de altos funcionarios americanos, incluido el jefe de la CIA, George Tenet, de presentar la dimisión en cadena.

¿Qué hizo Pollard para ser condenado a cadena perpetua? ¿Cómo es que Israel todavía no ha conseguido su indulto, a pesar de que se lo ha pedido a todos los presidentes americanos? Durante el último cuarto de siglo las especulaciones no han faltado.

El hecho de que jefes militares y de los servicios secretos americanos se hayan opuesto sistemáticamente al indulto sugiere que las acciones de Pollard debieron ser muy graves.

Circulan numerosos rumores al efecto: Pollard habría transmitido a Israel una cantidad de información equivalente a la que pueden cargar cientos de camiones de gran tonelaje. Las filtraciones de Pollard causaron una enorme pérdida de efectividad de la CIA puesto que Israel chantajeó a sus espías por todo el mundo para que trabajaran para el Mosad. Las filtraciones de Pollard condujeron a la muerte de espías americanos. Son solo algunos rumores que, como es lógico, no han recibido confirmación oficial.