Pato confinado

Receta de falafel de garbanzos

Falafel.
Falafel. Jeff Velis en Pixabay.

El falafel ya no es un misterio crujiente en Europa. La comida callejera de Oriente Medio hace décadas que llegó a nuestras costas gracias a los inmigrantes emprendedores. Venía seguramente de más allá incluso, de la India, de las orillas sagradas del Ganges. Gracias a su sabor y a su culto de fast-food saludable, se ha ido extendiendo por los continentes como el buda de las legumbres. Es un tesoro que olvidaron los piratas en buen puerto, una invasión de lo más dichosa. ¡Con cien falafeles por banda, viento en popa y a toda salsa! Pura exaltación mediterránea, de costa a costra.

No es una receta complicada. Parte del garbanzo, rey de reyes, Zeus entre las legumbres, para formar la masa cremosa. Son proteínas de calidad con un sabor sumerio. Un grito espartano. "Garbanzos, ¿cuál es vuestro oficio?: ¡Au, au, au!" El falafel debe ir bien cargado de hierbas aromáticas (principalmente de perejil y cilantro, pero también acepta albahaca o menta). Funciona, por lo demás, como una croqueta. Deben freírse las bolas en aceite muy caliente, lo justo para que se dore su capa exterior. Falafelear con los amigos, ¡qué placer! Falafelear en casa, ¡puedes hacerlo! Falafelear es una forma de comer que funda colonias marinas, hermana a unos pueblos con mucho en común, nos hechiza, y sobre todo consigue incluir en nuestra dieta las tan necesarias legumbres.

Receta de falafel de garbanzos

Ingredientes 4 personas:

  • 300 gr. de garbanzos ecológicos.
  • Un buen puñado de hojas frescas de cilantro y perejil.
  • 1 diente de ajo.
  • 1 cucharadita de comino en polvo.
  • Zumo de medio limón.
  • 1 bote de tahini.
  • Curry.
  • Agua.
  • Aceite de oliva suave (para freír).
  • Sal.

Elaboración:

Los garbanzos se hacen crudos en la masa pero muy hidratados. Debes tenerlos en remojo con agua hasta que estén lo suficientemente blandos como para poder triturarlos (al batirlos es mejor que queden pequeños trocitos de garbanzo para lograr la textura y el punto crujiente). Añade las hierbas aromáticas al gusto (abundantes y frescas) para que salga jugoso. Puede llevar cebolla muy bien picada y ajo y jugo de limón. Deja que la masa repose en la nevera. Algunos cocineros incluyen harina de garbanzo para que la masa salga más firme, o un poco de levadura química para obtener un resultado más esponjoso. Suele comerse en pan de pita (lo puedes encontrar en algunos supermercados o en tiendas especializadas) con lechuga, tomate, pepinos y otros vegetales.

La salsa del falafel sale del tahini (una pasta de semillas de sésamo que también venden en muchas tiendas). Se mezcla la misma cantidad de agua que de tahini, el jugo de medio limón, algo de curry y sal. Debes emulsionarlo con un tendedor hasta formar un líquido blanquecino. Luego lo rocías sobre el falafel. También puedes acompañarlos de hummus casero o de crema de yogur.

1. Prepara la masa del falafel:

Pon los garbanzos en un recipiente cubiertos con agua caliente y que repose al menos 12 horas (así se ablandarán). Pasado ese tiempo, escurre su agua y lávalos bajo el grifo. Sécalos con papel de cocina. Pon las legumbres en una trituradora y añade media cucharadita de comino y un punto de sal. Tritúralo. Echa un diente de ajo cortado, sin su piel y germen, y hojas frescas de perejil y cilantro en abundancia. Tritúralo de nuevo hasta conseguir una pasta homogénea pero con grumos.

2. Fríe las croquetas de garbanzos:

Dale forma de pelota con las manos, como si fueran unas albóndigas. Haz entre cuatro y cinco por persona. No tienes que apretarlo demasiado, que respiren por dentro. Puedes hacer uno de prueba para ver si necesitas rectificar ingredientes. Fríelos un par de minutos en abundante aceite muy caliente (debe cubrirlos por completo).

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