Juan Carlos Escudier

Pese a mi insultante juventud, llevo más de veinte años juntando letras, posiblemente porque nunca he sabido hacer otra cosa.

En Diario 16 me enseñaron el oficio y en El Mundo lo puse en práctica. En ese tiempo aprendí todo lo bueno de esta profesión y todo lo malo, que no es poco. En El Confidencial me hicieron adjunto al director y me dejaron opinar. Y más tarde, en 20 Minutos me puse a perseguir políticos hasta que se acabó el dinero.

He escrito dos libros, pero para hacer todo en la vida me falta tener un hijo y plantar un árbol. De momento, voy ensayando con macetas. Hay cosas que, como Bartleby, el escribiente de Melville, preferiría no hacer. Pero esa es otra historia.

El chivo expiatorio

Los antiguos judíos fueron los que patentaron la expresión ‘chivo expiatorio’ cuando Dios era un ser supremo con un carácter muy pendenciero y no...

Jugar a ser Dios

La palabra más terrible que el coronavirus ha popularizado ha sido "triaje", la selección de personas a las que por edad, grado de dependencia,...

Sueños con tricornios

En un sostenella totalmente y  enmendalla un poquito, la Guardia Civil ha completado su concienzuda investigación sobre las manifestaciones del 8-M y ha entregado a la...

Bochorno

De tantos gozos en el pozo en lo que a la política se refiere, de tantas OTAN de entrada no, de tantos regeneradores pillados...

El miserable

Marcos de Quinto, el burbujeante millonario de Ciudadanos, anuncia que nos deja e ignoramos si el vacío que provoca podrá ser llenado fácilmente con...

La Virgen Isabel

Casi tan peligroso como no tener ni un ápice de sentido común es carecer por completo de otro sentido: el del ridículo. En contra...

Los probos funcionarios

Hemos sido durante tanto tiempo el país del Vuelva usted mañana de Larra que nunca hemos dejado de condenar a los funcionarios en juicios sumarísimos....

Susto o muerte

El Gobierno ha convertido la prórroga del estado del alarma en una cuestión de vida o muerte y ha advertido de que de su...